Impacto de la IA en el empleo: ¿Reemplazo o complemento?

“Las compañías deben tomar las previsiones para una gradual incorporación de la IA en sus procesos internos, asegurándose que su nuevo diseño respete el marco normativo vigente”.

Escribe: César Puntriano, socio principal del Estudio Muñiz.

En 1950, el matemático Alan Turing se preguntó si  las máquinas podían pensar. Su duda lo llevó a redactar su artículo “Computing Machinery and Intelligence” y el consiguiente “Test de Turing”, que sentaron las bases de la inteligencia artificial (IA), su visión y sus objetivos.

La IA ha ingresado en la gestión de la fuerza de trabajo a cargo del empleador, lo cual es positivo pues evidencia el gran desarrollo informático que nos acompaña en el día a día. Sin embargo, debe evaluarse el impacto que puede ocasionar dicha gestión a través de los algoritmos en los derechos fundamentales, por ejemplo, mediante el ejercicio de prácticas discriminatorias que pueden afectar a quienes cuenten con una aspiración sindical, a las mujeres, personal discapacitado, entre otros colectivos.

La IA impacta también en la composición de la fuerza laboral. El Foro Económico Mundial estima que para el 2025, 75 millones de puestos de trabajo podrían desaparecer, pero se habrán creado 133 millones de nuevos puestos de trabajo, lo que generará 58 millones de puestos de trabajo como ganancia neta a nivel mundial

La OCDE calcula que hasta el 46% de los empleos corren riesgo de automatización. Los primeros en desaparecer serán los empleos rutinarios y repetitivos.  Aunque, debemos considerar que campos como la programación de sistemas de IA o la ciencia de datos serán las nuevas fuentes de empleo, estimando el Foro Económico Mundial que se crearán 97 millones de trabajos debido a la transformación digital.

La OIT en un reciente reporte denominado “World Employment and Social Outlook: September 2024 Update” señala que los estudios económicos han identificado que las innovaciones tecnológicas en las últimas dos décadas producen aumentos en la productividad laboral, pero reducen los ingresos de los trabajadores. Ello podría deberse a la menor cantidad de horas-hombre de trabajo efectivo una vez implementado el cambio tecnológico.

Tratándose de América Latina (AL), una investigación del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, prevé que la IA contribuirá hasta el 5.4% del PBI de AL para el 2030, cifra que queda muy por detrás del impacto en América del Norte que equivaldrá al 14.5% de su PBI en el período similar. Ello en razón a la limitada inversión pública en ciencia y tecnología, bajos niveles en las habilidades de IA y la alta informalidad de la economía de nuestros países, características de indudable presencia en nuestro país.  Asimismo, de acuerdo con un estudio de Morning Consult  para IBM llamada “IBM Global AI Adoption Index 2023″, aquellas compañías de Latinoamérica con más de 1,000 trabajadores aumentaron el uso de la IA. El 67% de profesionales de tecnología de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú encuestados, afirmaron que las organizaciones a las que pertenecen aceleraron el uso de la IA en los últimos 24 meses. Dicha cifra es superior al promedio mundial (59%).

Nuestro país ha avanzado en la aprobación de regulación específica en IA como la Ley No. 31814, que promueve el uso de la inteligencia artificial en favor del desarrollo económico y social del país, publicada el 5 de julio de 2023, pero existen oportunidades de mejora en la infraestructura pues el uso de internet y la velocidad de descarga son inferiores al promedio de América Latina. Es rescatable que se haya incorporado el estudio de las TICs en el currículo escolar, así como la productividad de los investigadores en IA, debiéndose, sin embargo, incrementar el número de publicaciones, su impacto y la presencia de investigadores activos en el campo.

Pero, no perdamos de vista lo señalado sobre el impacto de la IA en las relaciones laborales, lo que nos llevaría a evaluar el hecho que la IA no pueda reemplazar al 100% al ser humano, en razón la capacidad de discernimiento de este último. Podrá complementarlo, pero no sustituirlo. El tiempo dirá si estamos o no en lo correcto. Entre tanto, las compañías deben tomar las previsiones para una gradual incorporación de la IA en sus procesos internos, asegurándose que su nuevo diseño respete el marco normativo vigente.

Fuente: Gestión

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